"Les rêves se réalisent toujours." ("Los sueños siempre se hacen realidad.")
Mi tercera visita a Francia y la segunda a París. ¿Quién me iba a decir a mí que iría de viaje ahí el mismo año en el que el cortometraje animado en el que Mickey Mouse debutó entró en el dominio público y en la misma ciudad en la que se celebraron los Juegos Olímpicos de Verano?
La mención de la mascota de Disney se debe a que me fui de viaje a Disneyland París con mi hermana mayor Teresa hace unos pocos días. Pensamos en ir a principios de octubre en vez de a finales de mes, aunque al final resultó que de poco sirvió, ya que parece ser que la temporada de Halloween atrae a la gente sin importar el día del mes que sea. Eso sí, tuve que llevarme conmigo un resfriado, lo cual temía que cogería días antes del viaje.
Tras un vuelo y un recorrido en autobús, llegamos a nuestro hotel, Newport Bay Club, antes del mediodía. Al igual que otros hoteles, estaba situado justo en el parque de atracciones; estas son las vistas tras la salida inferior.
Cada ida y vuelta supuso unos buenos paseos. De un hotel cualquiera al hotel principal, Disneyland Hotel.
Algo me decía que Halloween estaba al caer...
...y si la entrada a Disneyland Park no lo dejaba claro, la extensa decoración del parque lo haría en su lugar. Teresa suplantó a la hija de este matrimonio fantasmagórico y pintoresco.
Mientras que, por otro lado, yo me plasmé a mí mismo en un cuadro, intentando mostrar mi mejor sonrisa de "Chat du Cheshire" ("Gato de Cheshire"). Mi boca no está hecha para una gran sonrisa de oreja a oreja.
¿Reconocéis aquel castillo a lo lejos? Quizás sea mejor que nos acerquemos un poco más.
Sí, lo habéis adivinado. Es el logo de la empresa que originó estas tierras.
Sin embargo, Teresa y yo no pasamos por la entrada principal en el primer día. Nos atrevimos a adentrarnos en "la Tanière du Dragon" ("la Guarida del Dragón"), donde se encontraba su guardián rugiendo y echando humo con sus amenazantes ojos rojos en la oscuridad.
Me sentí como "Pinocchio" ("Pinocho") por haber ido de viaje a un parque de atracciones cuando se supone que tengo que estudiar. Y hablando del rey de Roma, la primera atracción en la que nos montamos fue "Les Voyages de Pinocchio" ("Los Viajes de Pinocho"), en Fantasyland.
Acto seguido, nos dirigimos al llamado Alice's Curious Labyrinth. Nos costó llegar al castillo de "la Reine de Coeur" ("la Reina de Corazones"); nos topamos con las Cartas, que, casualmente, estaban pintando las rosas de color rojo. Disculpadme por haber cerrado los ojos, ya que mis ojos estaban mirando directamente al Sol; esto me recuerda a mi primer viaje a Francia, cuando cerraba los ojos cada vez que me hacían una foto con flash (con una sola excepción, en la que, irónicamente, estaba montado en un tiovivo).
Al fin llegamos al castillo. Es una lástima que algunas zonas del parque estén en obras; las vistas desde lo más alto del castillo habrían sido mucho mejor que estas.
Primer contratiempo. Justo antes de que nos tocase montar en "le Petit Train du Cirque" ("el Pequeño Tren del Circo"), cuyo nombre es Casey Jr., el maquinista informó a la gente de que había dificultades técnicas. Tuvimos que marcharnos.
Llegó la hora del almuerzo. Decidimos que nuestro primer destino gastronómico sería el restaurante de Pinocho. Aprovechando que terminé de comer antes que Teresa, les hice una foto a mis villanos favoritos de la película, "Grand Coquin" ("el Honrado Juan") y "Gédéon" ("Gedeón"), con el protagonista.
Hora del desfile de Halloween. En primer lugar, "Donald Duck" ("el Pato Donald").
En segundo lugar, "Winnie l'Ourson" ("Winnie the Pooh") y sus amigos.
En tercer lugar, Minnie Mouse.
Y por último, pero no menos importante, el rey de estos dominios: Mickey Mouse.
Teresa y yo necesitábamos una siesta tras tantas emociones. El descanso duró más de lo esperado, así que nos dirigimos a la búsqueda de otro restaurante para cenar.
Globo aerostático. Si no sabíamos donde se situaba nuestro hotel, sólo teníamos que buscar el globo.
El cielo se oscureció deprisa. Aquí podéis ver el hotel en el que nos hospedamos.
El segundo día no sería tan bueno como el anterior. Además, Teresa pensó que tendríamos que haber ido a Walt Disney Studios el día anterior.
Y es que la siguiente atracción en la que nos montamos, Crush's Coaster, es la favorita de todo el mundo, y con razón. Justo después de ponernos a la cola, empezó a llover.
A partir de este punto, empecé a montar en algunas atracciones yo solo. The Halloween Tower Hotel es bastante aterrador; en mi caso, no por las escenas que se ven, sino por las sacudidas que se sufren en el ascensor. Hubo dificultades técnicas antes de mi turno, pero fueron breves. No me libré.
Avengers Assemble: Flight Force, ese fue mi siguiente destino. No sé si supera a Red Force de Ferrari Land de PortAventura en cuanto a velocidad, pero os puedo asegurar que no es una atracción lenta ni de lejos. Lightspeed Mountain de Discoveryland tampoco se queda corto de velocidad, en la cual me montaría después de montar con Teresa en Buzz Lightyear Laser Blast, lo más cercano a una máquina recreativa.
Y pasó otro desfile tras nuestra partida de Walt Disney Studios. Lo único que destacaré aquí es un dragón que escupía fuego de verdad.
En Frontierland, Teresa quiso entrar en Phantom Manor, con la mala suerte de que hubo dificultades técnicas las dos veces que pasamos por ahí.
Nos fuimos a Big Thunder Mountain en su lugar. Luego tocó almorzar en el restaurante de Coco.
En Adventureland, encontramos Pirate Galleon, el galeón de "Capitaine Crochet" ("Capitán Garfio").
Tras pasar por ahí, nos adentramos en el mundo de Pirates of the Caribbean. Acto seguido, pasamos por Adventure Isle, cuyos puentes estaban cerrados, probablemente por el mal tiempo, dado que al día siguiente se abrieron.
Y vuelta al hotel. Nos preparamos para el plato fuerte, un desfile de luces celestiales.
No quiero destacar todo lo que se mostró, ya que hay que verlo para creerlo. No obstante, en caso de que quiten esta parte, quiero enseñaros a Elliott, el dragón de "Pete" ("Pedro", o "Peter" en el remake de la película "Pete's Dragon"/"Pedro y el dragón Elliott"/"Peter y el dragón"), ya que hace tiempo que os dije que soy un dragón, y por lo tanto, me pareció necesario capturar a todos los dragones que avistaba.
Último día del viaje, y todavía nos quedaba mucho terreno por recorrer. Aprovechamos parte del tiempo que nos quedaba en nuestra estancia para volver a Casey Jr. y Phantom Manor. Entre las atracciones nos montamos, además de en "Blanche-Neige et les Sept Nains" ("Blancanieves y los Siete Enanitos"), en una de las barcas que recorren "Le Pays des Contes de Fées" ("El País de los Cuentos de Hadas"), ambas situadas en Fantasyland.
Quisimos montar en la atracción de la igualdad, "it's a small world", pero el paso estaba bloqueado. Sólo se abriría tras un recorrido por Disneyland Railroad, que nos llevó hasta la estación de Disneyland Park.
Ahora sí que podíamos descubrir cómo el mundo es un pañuelo. En la entrada se sitúa una estatua de una barca con varias banderas con el nombre de la atracción en diversos idiomas.
Vistas desde el logo de la empresa que originó estas tierras. Hubiera agradecido unas vistas más claras en vez de estas en las que parece que alguna fuerza del mal iba a tomar el control del país.
Un último almuerzo, un viaje dentro de Star Tours y una larga despedida a través de varias tiendas para ver qué comprar antes de la vuelta a casa. Dicen que el dinero no da la felicidad, así que recordad: si os esforzáis en cumplir vuestros sueños, se harán realidad.
¡Eso es todo!