Como motivo de otra excursión escolar hecha hace cuatro días, esta vez nos tocó salir de España, pero no ir muy lejos del país. Se suponía que la intención era aplicar nuestros conocimientos del idioma inglés en un lugar donde es muy común; sin embargo, la gente de negocios también habla nuestro idioma en Gibraltar, naturalmente, y los pagos son independientes de la divisa: en nuestro caso, aceptan tanto libras como euros.
La ida fue tan sencilla como montar en autobús, bajar para cruzar la frontera y coger otro autobús para el correspondiente tour. Durante la primera parada, mientras la mayoría desayunaba, yo aproveché para fotografiar lo más destacado de la zona.
En primer lugar, una mezquita.
Y, en segundo lugar, un faro.
La segunda parada fue en "el Planeta de los Simios" (nunca mejor dicho, ya que "simio" en inglés es "ape", que es el término con el que denominan al tipo de mono que vive ahí, que resulta ser el macaco), que, en realidad, es una Reserva Natural.
Allí, sus habitantes se suben tanto a los autobuses...
...como a las personas.
Y pueden ser tanto grandes...
...como pequeños.
Antes de llegar a conocerlos más de cerca, pasamos por una cueva donde parece haber un espectáculo de diversos colores.
No podía faltar la foto de grupo, así que la cueva fue el lugar perfecto para inmortalizar estas experiencias del día.
Durante la salida, nos topamos con la Torre del Homenaje del Castillo Mariní de Gibraltar.
Después del tour en autobús, tuvimos vía libre para explorar el lugar entero, siempre y cuando fuéramos al museo y a la bolera para aprender sobre la historia de Gibraltar y jugar a los bolos, respectivamente. Antes de dicho deporte, teníamos que almorzar, y eso fue lo que hicimos, ya sea dentro o fuera de la bolera.
Una vez hecho todo eso, ya fuimos libres de realizar la exploración, cada uno por su cuenta o en grupo. Yo no fui solo, ni siquiera este hombre, que lo acompañaba su lindo pajarito.
Un tiempo después, llegó la hora de reunirse para volver a la frontera en otro autobús, cruzarla y realizar un último viaje en autobús. El Sol decidió acompañarnos durante la vuelta a casa.
Y así acabó nuestra deambulación fuera de España. No hablamos mucho inglés, pero nos integramos bien en Gibraltar de todos modos. Somos capaces de estacionarnos hasta en Reino Unido, lo cual es una buena señal. Recomiendo ir allí a los que necesiten hablar más inglés y, por supuesto, aprender más sobre otros lugares a fondo.
¡Eso es todo!
La ida fue tan sencilla como montar en autobús, bajar para cruzar la frontera y coger otro autobús para el correspondiente tour. Durante la primera parada, mientras la mayoría desayunaba, yo aproveché para fotografiar lo más destacado de la zona.
En primer lugar, una mezquita.
Y, en segundo lugar, un faro.
La segunda parada fue en "el Planeta de los Simios" (nunca mejor dicho, ya que "simio" en inglés es "ape", que es el término con el que denominan al tipo de mono que vive ahí, que resulta ser el macaco), que, en realidad, es una Reserva Natural.
Allí, sus habitantes se suben tanto a los autobuses...
...como a las personas.
Y pueden ser tanto grandes...
...como pequeños.
Antes de llegar a conocerlos más de cerca, pasamos por una cueva donde parece haber un espectáculo de diversos colores.
No podía faltar la foto de grupo, así que la cueva fue el lugar perfecto para inmortalizar estas experiencias del día.
Durante la salida, nos topamos con la Torre del Homenaje del Castillo Mariní de Gibraltar.
Después del tour en autobús, tuvimos vía libre para explorar el lugar entero, siempre y cuando fuéramos al museo y a la bolera para aprender sobre la historia de Gibraltar y jugar a los bolos, respectivamente. Antes de dicho deporte, teníamos que almorzar, y eso fue lo que hicimos, ya sea dentro o fuera de la bolera.
Una vez hecho todo eso, ya fuimos libres de realizar la exploración, cada uno por su cuenta o en grupo. Yo no fui solo, ni siquiera este hombre, que lo acompañaba su lindo pajarito.
Un tiempo después, llegó la hora de reunirse para volver a la frontera en otro autobús, cruzarla y realizar un último viaje en autobús. El Sol decidió acompañarnos durante la vuelta a casa.
Y así acabó nuestra deambulación fuera de España. No hablamos mucho inglés, pero nos integramos bien en Gibraltar de todos modos. Somos capaces de estacionarnos hasta en Reino Unido, lo cual es una buena señal. Recomiendo ir allí a los que necesiten hablar más inglés y, por supuesto, aprender más sobre otros lugares a fondo.
¡Eso es todo!