12 oct 2020

Que no te coman las Chilches, que me da Macharaviaya


Aprovechando un corte de luz inesperado en la casa donde vive mi padre, él y yo, junto con Miguel Ángel, Montse, Mónica, Meli y dos compañeros más, los hermanos "Enzoe" (el hermano llamado Enzo y la hermana llamada Zoe), salimos de casa ayer para explorar con ellos el horizonte cercano a la casa de la familia M (con dos de sus miembros ausentes; una vez más, fueron Marta y Miriam).


El pequeño comienzo de la ruta nos llevó a un túnel, y no muy lejos, estaba nuestro primer destino a atravesar: Chilches. No hubo chinches, y el pueblo estaba muy tranquilo; al fin y al cabo, era domingo.


Nuestra aventura no terminó ahí. Cuestas y más cuestas tuvimos que subir. Disparos de cazadores tuvimos que oír. Perros y caballos no andaban muy lejos de nosotros. Y tras varios kilómetros, llegamos a la Fuente del Horno (que es más bien un pozo), para después tomar la correspondiente foto de grupo. Con una cuesta más en zig zag, llegamos a nuestro destino final: Macharaviaya. No nos dio mucha rabia andar desde la fuente hasta el pueblo; al contrario, ya nos estábamos alegrando de terminar el trayecto al fin.


El coche de Miguel Ángel estaba ahí. Él ya lo tenía todo planeado desde el principio. La excursión fue muy simple a pesar del sufrimiento que pasamos todos de varias maneras, que luego se compensó con una paella en casa de la familia M (donde estuvieron presentes todos sus miembros).


Y a descansar. En cuanto a vosotros, si surge un corte de luz o algo similar en vuestras casas y os gusta andar, os animo a aprovechar el contratiempo para salir de ella y explorar el horizonte que tengáis cerca.


¡Eso es todo!